lunes, 7 de abril de 2008

AL FINAL ¿ES BUENO O ES MALO?


Acaban de anunciar que a mediados de año comenzaría a funcionar un sistema de internet 10 mil veces más rápido que el que conocemos en la actualidad. Lo confirmaron investigadores británicos que desde hace 5 años trabajan en el proyecto que vería la luz entre los meses de junio y julio próximo. La nueva red ultraveloz se llamará “The Grid y permitirá una transferencia y almacenamiento de datos infinitamente mayor que la que se tiene en la actualidad. Leyendo la información, observo que entre las cualidades que destacan de este nuevo sistema, figura la de bajar y transferir discografías y películas en tiempos asombrosos. Por ejemplo enviar desde Gran Bretaña a Japón la discografía completa de un grupo en tan solo 2 segundos o bajar una película en apenas cinco. Y no deja de llamarme la atención.
Es cierto que esa posibilidad está aplicada a los sistemas de transferencia legales que existen hoy día en la red. Uno puede bajar discografías y películas desde centenares de sitios pagando una determinada cantidad de dinero por el servicio. Pero nadie puede desconocer que promover el nuevo sistema informático destacando la velocidad de transferencia para la bajada de archivos apunta, sobre todo, a los millones de internautas que en todo el mundo y durante las 24 horas intercambian ese tipo de archivos mediante el conocido sistema “peer to peer” o P2P. Lo que comúnmente se conoce como descarga ilegal o “pirata”, práctica combatida infructuosamente desde las diversas agrupaciones internacionales que concentran a las compañías discográficas o productoras de cine. Y me parece que aludir a esa posibilidad no hace otra cosa que ilusionar a esos usuarios de internet con la alternativa de bajar discos y películas de manera velocísima y, en consecuencia, multiplicar de manera exponencial la cantidad de material disponible en sus propias máquinas. Aquí no habría que olvidar que en esos usuarios reside un nicho importante de ingresos económicos para las proveedoras del servicio de banda ancha, que desde mediados de año sería la más veloz de la reciente historia de internet.
Frente a esta alternativa, queda claro también que lo que se combate desde las argumentaciones legales se fomenta desde la perspectiva comercial. Un doble discurso al que las grandes multinacionales nos tienen acostumbrados. Un caso emblemático es el de la japonesa SONY, que mientras proclama a los cuatro vientos combatir la piratería, al mismo tiempo fabrica y vende equipos de audio y video capaces de copiar en diferentes formatos CD’s y DVD’s para que cualquiera de nosotros, cómodamente
sentados en nuestra casa, hagamos tantas copias “ilegales” como queramos. Ni que hablar de los equipos de computación que traen incorporadas regrabadoras de CD’s y DVD’s y no precisamente para copiar archivos de texto, power points o planillas de excel.
Los impulsores de este nuevo sistema ya están haciendo cálculos de ganancias posibles ante esta nueva posibilidad de descarga directa y a la velocidad de la luz. Porque, a no engañarse, el intercambio de archivos de audio y video en la red es imposible de frenar o combatir. Ello, pese a los reiterados intentos de diferentes ámbitos por aplicar escarmientos en la persona de algunos incautos que fueron llevados a los tribunales como si fueran responsables del multimillonario negocio que genera en todo el mundo la venta de copias piratas de CD’s y DVD’s.
La horizontalidad democrática de internet a la hora de acceder al intercambio de información ha sido una consecuencia no deseada por sus impulsores, y un beneficio sin par para los millones de internautas diseminados por el mundo. Y como dice el histórico dicho, “si no puedes vencer a tu enemigo, entonces únete a el”. Después de todo, para estos muchachos, y sin importar el idioma que se hable, “bussiness are bussiness”.
Hasta el próximo post.

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