lunes, 9 de febrero de 2009

PAUL KRUGMAN Y UN EJEMPLO DEL "COMO SE PIDE"

Hace menos de un mes que Barack Obama asumió la presidencia de Estados Unidos. Ya bajaron los decibeles de la euforia y la expectativa. El hombre afroamericano ya está instalado en la Casa Blanca. Algunos amigos de aquellos lares me cuentan que la alegría y la esperanza no se han disipado. Aunque ya no se note de manera tan ostensible como ocurría hasta el 21 de enero pasado. Saben que lo peor viene ahora. Obama también y por eso trata de jugar y apostar duro y de frente. Presiona al senado para que le apruebe un plan de emergencia económica que en diputados tuvo suerte, pero que en la cámara alta tambalea por obra y gracia de los amigos republicanos. Y en un hecho si no inédito al menos poco frecuente, comenzará esta semana una gira por varios estados para defender e impulsar su proyecto.

Mientras tanto el economista y analista político Paul Krugman acaba de hacer pública a través de importantes medios norteamericanos y de otros países una carta abierta al presidente Barack Obama donde le sugiere cuáles, a su entender, deberían ser los primeros pasos a seguir para enfrentar la crisis económica que amenaza con llevarse puesta a la primera potencia del mundo. Una carta donde uno puede advertir una claridad conceptual, una solidez intelectual y una frialdad para enfrentar la debacle como hacía años no se observaba.

Krugman ha sido siempre un histórico crítico de las administraciones republicanas. Y aunque no se lo pueda considerar un demócrata a carta cabal, ha estado siempre más cerca de estos que de aquellos. Particularmente fue una de las voces académicas del establishment político y económico norteamericano que con mayor dureza y acidez criticó todas y cada una de las acciones del ex presidente George Bush. Por eso creo que nadie podría adjudicarle oportunismo en el contenido de esa carta.

Su texto completo aparece en el último número de la revista Rolling Stone. Recomiendo fervientemente su lectura. Vale la pena observar de qué manera se le puede reclamar a un presidente que recién comienza su mandato que adopte de manera urgente medidas de corte profundo para tratar de paliar primero y encausar después la tremenda crisis quen sacude al planeta. Y de paso preguntarnos si alguna vez será posible por estas tierras entablar un diálogo que signifique apostar por el crecimiento y la mejora del país, antes que discutir en torno de las cuadraturas circulares de los cerebros que pario nuestra probre intelectualidad política.